martes, 7 de diciembre de 2010

E-Actividades

E-Actividad 1

E-Actividad 2

E-Actividad 3

La relación profesor-estudiante es un tema amplio, complejo y lleno de aristas.

En una reunión informal de profesores de la PUCMM salio el tema de la relación profesor-estudiante. En esta, se trato de poner en claro algunas características de profesores y estudiantes ideales. El debate se torno en discusión y aunque se llegaron a algunas conclusiones que mas menos satisficieron a al gran mayoría; sigo pensando que es peligros tratar de construirse un modelo o paradigma de estos dos personajes.
Defiendo la posición de que cualquier idea rígida y preconcebida lejos de facilitar, entorpecería la relación entre ambos. Relación ya de por sí difícil, en la mayoría de los casos, entre otras cosas, por las diferencias generacionales.
Cada caso, o situación, es diferente y lo atractivo de la profesión del maestro es justamente saber manejarlos todos para poder llevar a buen termino la trasmisión de conocimientos y valores.
En el debate se destacaron algunas características del profesor ideal; ya sea a la vista de los estudiantes, ya sea a la vista de los propios docentes. Algo parece ser claro: los buenos profesores pueden ser, y de hecho son, diferentes entre sí; por tanto no se puede seguir patrones rígidos. Esto tiene que ver con actitudes y aptitudes ante la vida, la profesión y la docencia, entre otras cosas.
Alguien menciono a Miguel Ángel Zabalza y su texto “Competencias del Profesorado Universitario”; en el cual enumera una serie de competencias docentes que tendremos que tener en cuenta para nuestro buen desempeño.
Sin embargo a mi humilde entender es Pedro Morales quien en su libro “La Relación Profesor Alumno en el Aula” muestra “El Decálogo de Buen Profesor”, que siendo una antitesis del mismo, nos reta a reflexionar que tan competentes somos en nuestra labor como docentes.
Los estudiantes también son diferentes y como tal tienen que ser aceptados. La generación Y, como llaman a los jóvenes nacidos entre 1981 y el 2000, que son los que en la actualidad pueblan nuestras aulas universitaria, no son mejores ni peores que otros, son diferentes. Por tanto hay que implementar estrategias de comunicación que aproximen a estudiante y docente. En la medida que los comprendamos y aceptemos podremos hacer mejor nuestra labor. Una herramienta que no debemos desechar en ese deseado cercamiento es la encuesta; algo sesillo al inicio y al final del cuatrimestre puede mostrarnos que esperan los estudiantes de nosotros y si fueron cumplidas esas expectativas.
Me gustaría resaltar que la motivación es una característica que debe estar presente tanto en docentes como en estudiantes, y en la medida que la misma se potencialice; el conocimiento podrá fluir libremente; razón principal de ser tanto de estudiantes como de profesores.