lunes, 31 de enero de 2011

LA EVALUACION DEL APRENDIZAJE: ESA ARMA TAN QUERIDA POR UNOS Y TAN ODIADA POR OTROS

La evaluación del aprendizaje, cualquiera que este sea, suscita criterios encontrados entre todos los participantes en el proceso de enseñanza aprendizaje. Si lo vemos desde el punto de vista del alumno, en su gran mayoría, lo ven como algo temible que podría dar al traste con sus expectativas individuales de calificación y si lo vemos desde el punto de vista de algunos profesores, pues se trataría de demostrar a los alumnos cuan suficientes o insuficientes son en la adquisición de los conocimientos impartidos o investigados.

Una y otra visión pudiesen ser subjetivas, pero lo que no es subjetivo es que la EVALUACION como proceso debe explicar de manera objetiva lo que cada alumno ha podido desarrollar en sus CONOCIMIENTOS de acuerdo a los OBJETIVOS trazados en el programa de la asignatura impartida.

Ahora bien, cómo iniciamos este proceso de EVALUACION? En mi criterio, la evaluación se realiza en cada momento de la interacción alumno-profesor. Todo lo que sea factible de darnos criterios sobre el desarrollo del alumno es válido para un proceso evaluativo. Desde una simple conversación entre el profesor y el alumno, pasando por preguntas en clases, asignaciones, ensayos, discusiones grupales, trabajos de presentación, etc. todo redunda en la formación de un criterio alrededor de un alumno específico. A mi juicio, esa sería una manera ideal de evaluar a los alumnos: individualmente. A veces esto no es posible por situaciones objetivas (en su mayoría) y subjetivas.

Este es uno de los mayores problemas con que el profesor se tropieza a la hora de evaluar, pues en su gran mayoría, los profesores que utilizan un sistema único de evaluación (digamos, examen o prueba única) están sometiendo a toda la diversidad de alumnos que existen en un aula a un mismo patrón evaluativo, lo cual redundará en globalizar un acto que bien debe ser individual. Además, si no hay suficiente conocimiento pedagógico por parte del profesor, las pruebas tienden a ser memorísticas y sólo se estaría evaluando la capacidad de memorizar de los alumnos.

Uno de los elementos que defiendo en la actividad evaluativa es por qué y para qué evaluar. Y mi respuesta primera es: necesito saber qué grado de compromiso tiene el estudiante con el desarrollo de su personalidad y de sus conocimientos. Un estudiante que no se compromete a desarrollarse a través de un proceso de enseñanza-aprendizaje correcto no tendrá buenos resultados evaluativos, aún cuando nosotros como profesores nos empeñemos en hacerlo avanzar a través de las motivaciones necesarias.

Hay que ver a la EVALUACION como una herramienta que nos permita no sólo el desarrollo de los alumnos como personas y hombres y mujeres de ideas, cualesquiera sean estas, sino también ver hasta dónde la tarea del profesor fue válida y creó además un desarrollo ulterior en el mismo.

1 comentario:

  1. Muy acertada tu reflexion sobre la evaluacion y las problematicas que destacas. Igualmente, describes cuales son las ideas en las que fundamentas tu practica evaluativa.

    No obstante, no se evidencia el contraste entre tu postura y la expresada por la de tus compañeros en el trabajo grupal. Se que no estuviste presente en la sesion, pero las conclusiones del trabajo en grupo subidas a la plataforma, como la lectura de otros blogs, pueden darte una idea que te permita adoptar una postura critica ante el contexto evaluativo en el que te encuentras y las limitaciones o condiciones contextuales que promueven las practicas empleadas u obstaculizan otras.

    Considero que puedes tocar este aspecto.

    No olvides el articulo 2.

    Sandra

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