domingo, 28 de noviembre de 2010

¿Una enseñanza centrada en el alumno? Reflexión.

Recuerdo que en una oportunidad, en un diplomado en pedagogía que curse hace un par de años en la PUCMM, nos pidieron leer el texto: “Implicaciones para el profesor de una enseñaza centrada en el alumno”. Mi primera impresión fue de asombro; me pareció ilógico el titulo.

¿Se puede hacer una enseñaza no centrada en el alumno?

Para mi sorpresa fue el texto más interesante que leí en todo el diplomado. Podría decirse que me cambio la forma de ver mi labor como maestro. En el se recoge de una forma clara y revolucionaria los objetivos nuestros como docentes. Es casi un manifiesto reflexivo sobre la labor de un maestro.

En mi lectura, armado con un resaltador o marca-texto naranja, intente resaltar algunas ideas fundamentales y termine resaltando casi todo el texto. Ahora es un texto con grandes manchas naranjas.

Me preocupa el hecho de que este artículo solo se quede en el marco de un diplomado en pedagogía u otro curso para desarrollo docente. Pienso que el mismo, debería ser de estudio obligado para todo personal que se dedique a impartir clases, que se organizaran círculos de estudio para debatirlo e interiorizarlo, en fin…

Resumirlo seria imposible. Sin embargo tratare de compartirles algunas ideas que me parecieron sumamente interesantes y que en alguna medida me redefinieron como profesor:

• El acento no estará en profesores que enseñan sino en alumnos que aprendan.
• Sin daros cuenta, los profesores hemos estado prestando más atención a lo que tenemos que hacer nosotros para enseñar, que a lo que tienen que hacer los alumnos para aprender.
• Porque a un nuevo énfasis en como aprenden los alumnos, corresponderá un nuevo énfasis en como enseña el profesor.
• Es retador vernos a nosotros mismos (rol del profesor) no como que enseñamos, sino como que ayudamos a aprender y nuestra calidad estará dada no por nuestros conocimientos ni nuestra didáctica, sino por el conocimiento que han adquirido nuestros alumnos.
• Se debería habar menos de la calidad de la enseñanza y más de la calidad del aprendizaje.
• El enfoque del éxito y el fracaso de los alumnos tira por tierra la falsa creencia que el buen profesor debido a su alta exigencia quema (reprueba) a muchos estudiantes. El aprender a ver el fracaso de nuestros estudiantes no como el indicador de nuestro éxito es una tarea para nada fácil, pues tendremos que destruir antiguos paradigmas y construir otros nuevos.
• El alumno como centro del aprendizaje ya que dependiendo de cómo se aprenda es que hay que enfocar el cómo se enseña.

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