domingo, 27 de febrero de 2011

Reflexión 3

Luego de leer los textos y para total sorpresa mía, pues esto no fue un acto conciente, me di cuenta que desde hace algunos años deseche la “evaluación del aprendizaje” y adopte la “evaluación para el aprendizaje”.
Como plantee en el primer mapa conceptual, en la pregunta ¿para que evalúo? En los inicios de mi labor como docente, evaluaba para asignarle una nota al estudiante. Esta, era el premio o el castigo por la labor desarrollada por ellos y siempre se situaba al finalizar cada periodo de clases o unidad de conocimiento. En aquellos años mi postura ante el acto evaluativo y pedagógico, en general, era totalmente tradicional, quizás estaba repitiendo el modelo que durante años adoptaron con migo.
Luego de pasar un primer diplomado en Pedagogía de la Educación Superior (año 2002) comencé a evaluar como proceso de control de los objetivos y de forma sistemática. Había evolucionado de una evaluación “como acto final a una evaluación paralela”. Ahora me llama la atención que la profesora, la Dra. Silvia Sao, a pesar de inculcar una visión conductista de la pedagogía, desarrollaba una práctica mas enfocada en los paradigmas constructivistas. Aunque aprendí mucho, tengo que reconocer que, al terminar el diplomado quedaron ciertas inquietudes. Habían algunas cosas que no quedaron del todo en su sitio; quizás por esa ambigüedad, quiero pensar que conciente, del hacer y del serpor parte de la profesra. ¿como se enseña una perspectiva conductista siguiendo un modelo constructivista? Quizás la institución exigía un paradigma y ella tenía otro. Dejando de lado las especulaciones; la cuestión fue que la profesora junto con todas sus enseñazas dejo sembrada una semilla de duda e inconformidad; y aunque sentía que mi practica docente había mejorado aun distaba mucho de poder estar conforme con su enfoque.
Años después, gracias al Diplomado en Pedagogía cursado con la Madre Oliva en la PUCMM y los primeros créditos de la Maestría en Tecnología Educativa de la misma universidad mi práctica docente se modifico considerablemente. Paradójicamente en ninguno de los dos cursos se toco directamente la evaluación; estos se centraron más en la planificación del proceso de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo era imposible cambiar el enfoque de mi práctica docente sin cambiar la forma de evaluar, pues es más que conocido que dependiendo de cómo usted evalúa es que el estudiante aprende.
En la actualidad mi evaluación no es “ni un acto final ni un proceso paralelo, si no algo imbricado en el mismo proceso de aprendizaje”. (Inmaculada Bordas 2001)
Las lecturas de estos textos me han servido para conocer las teorías que yo empleaba de forma intuitiva, quizás tratando de reproducir lo que la Madre Oliva y la lic. Marta hacían conmigo. Si bien es cierto que mi acto evaluativo es para el aprendizaje y empleo algunas de las técnicas descritas en los folletos, tengo que reconocer que hay otras técnicas que aunque las conocía no las empleaba. La lectura y la reflexión, sin embargo me han dado muchas ideas que no dudare en implementar.

1 comentario:

  1. MUY BIEN, NO OBSTANTE TERMINAS LA REFLEXION JUSTO CUANDO COMIENZA: CUALES SON ESAS "IDEAS" QUE NO DUDARAS EN IMPLEMENTAR PARA QUE ESTA SEA UNA EVALUACION PARA EL APRENDIZAJE?

    EL OBJETIVO DE ESTA REFLEXION ES ESTABLECER LAS ACCIONES CONCRETAS QUE SE VISUALIZAN EN EL MAPA 3.

    ME GUSTARIA CONOCER CUALES SON ESTAS "IDEAS".

    SANDRA

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